Tras Malta en 2021 y Luxemburgo en 2023, Alemania se ha convertido este lunes en el mayor país de la UE en legalizar el uso recreativo del cannabis, con una reforma que ha levantado tantas expectativas como temores. A medianoche, hora de los primeros porros legales, varios centenares de personas celebraban el cambio de ley con nubes de humo frente a la emblemática Puerta de Brandeburgo, en pleno corazón de Berlín.
Una multitud joven y alegre veía la despenalización como "un poco de libertad extra". Ahora se permite la posesión de hasta 25 gramos de cannabis seco en lugares públicos, así como el cultivo doméstico de hasta 50 gramos y tres plantas por adulto, un enfoque diametralmente opuesto al de Francia y distinto al de Holanda, donde el consumo de hachís no es legal pero se tolera, sobre todo a través de los "coffeeshops".
Paradójicamente, en Alemania habrá que esperar otros tres meses para poder comprar legalmente la droga, a través de un Club Social de Cannabis, por lo que Georg Wurth, representante de la Federación Alemana del Cáñamo, ha advertido mientras tanto que, a pesar de la legalización, "los consumidores no deben decir a la policía dónde compraron su cannabis" si les paran por la calle, "porque a partir del 1 de abril, en principio, sólo se podrá comprar hachís en un Club Social de Cannabis".
Primeros porros legales en Alemania
Clubes de cannabis compartido
Estos clubes, una especie de jardines de cannabis compartidos, podrán cultivar la marihuana en una parcela al aire libre, en un invernadero o en un edificio deshabitado. Serán controlados al menos una vez al año por las autoridades y cada asociación podrá acoger, por una cuota de socio, a un máximo de 500 personas que residan en Alemania desde hace al menos 6 meses. Según el Gobierno, la nueva legislación, fervientemente deseada por los ecologistas y liberales de la coalición del canciller socialdemócrata Olaf Scholz, debería permitir luchar más eficazmente contra el tráfico.
El ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, considera que la política de prohibición ha fracasado, y recuerda regularmente que países como Canadá, que han aplicado la legalización, han logrado reducir el mercado negro, mejorando el acceso al cannabis y reduciendo la marginalidad de sus consumidores al generar un circuito legal donde adquirirlo con garantía de calidad y riguroso control de producción.
Viejos argumentos gastados dejan de tener sentido
Por supuesto, la nueva ley no nace sin detractores. Con los viejos argumentos que intentan promover el miedo entre los desconocedores de nuestra planta amiga, médicos, policías y jueces abogan por la prohibición, el mercado negro y la represión de los consumidores sin detenerse en los múltiples beneficios de una regulación responsable y una correcta información de los consumidores, que se ha demostrado tan eficaz para la disminución de riesgos en otros lugares más avanzados en cuanto a consumo médico y lúdico del cannabis.
Para Katja Seidel, especialista en prevención de adicciones del Centro Tannenhof de Berlín, la nueva ley es "un desastre". Sanidad ha prometido más recursos para concienciar a los jóvenes de los peligros del cannabis, sin anunciar cantidades concretas. Las autoridades recuerdan que el cannabis sigue estando prohibido para los menores de 18 años.
La Policía también está en pie de guerra contra lo que consideran un "monstruo burocrático con un montón de regulaciones poco sistemáticas", según Rainer Wendt, presidente del sindicato del ramo (DPolG). "A partir del 1 de abril, nuestros colegas se encontrarán en situaciones de conflicto con el público, porque hay incertidumbre por ambas partes", explica Alexander Poitz, Vicepresidente del sindicato policial (GdP).
Por su parte, la Federación de Jueces Alemanes (DRB) prevé un aumento de la carga de trabajo: debido a las amnistías derivadas de la ley sobre delitos relacionados con el cannabis, habrá que reexaminar más de 200.000 casos, lo que impedirá a la justicia penal "dedicarse a otras tareas durante semanas y meses", señala Sven Rebehn, de la DRB.
El ministro de Salud de Alemania Karl Lauterbach junto a un cartel de la campaña por la legalización del cannabis
En la capital, en Berlín, cientos de personas han celebrado la legalización del cannabis
Cientos de personas se han concentrado este lunes de madrugada frente a la Puerta de Brandeburgo, en Berlín, para celebrar que Alemania cuenta con una nueva ley que permite la tenencia de cantidades reducidas de cannabis para consumo propio. También para la plantación a pequeña escala, fruto de una reforma impulsada por el Gobierno de coalición que encabeza el canciller Olaf Scholz, del Partido Socialdemócrata (SPD). En un ambiente festivo y junto a una gran hoja de marihuana. Un portavoz de la Asociación Alemana del Cannabis (DHV), Henry Plottke, ha aplaudido esta «nueva libertad». «Por fin podemos mostrarnos, ya no tenemos que escondernos», ha declarado a la agencia DPA.
Restricciones al consumo de cannabis
- Los ciudadanos adultos pueden portar hasta 25 gramos de cannabis para consumo en lugares públicos
- No se podrá fumar a menos de cien metros de centros educativos o instalaciones deportivas.
- En el domicilio privado, la cantidad máxima asciende a 50 gramos y pueden cultivarse hasta 3 plantas por habitante adulto.
- El único sitio donde se puede adquirir cannabis es en los clubs cannábicos.